“Podré morir como un perro, pero de esclavo jamás”


Historias de resistencia Mapuche.
Por Weychafe Mañke (escrito y recopilación)

A orillas del Neuquén.
Hijo de Pichuín y nieto de Yanketruz.
Baigorrita fue uno de los caciques que más resistió los avances del ejército argentino.
Murió el 18 de julio de 1879, a orillas del río Neuquén, a poco de dejar el Colorado. Fue un cacique que prefirió morir peleando, antes que rendirse a las fuerzas militares que guarnecían las costas del río.
Tuvo gran trascendencia en la primera fase de la campaña al Río Negro y Neuquén, ya que la captura y muerte de Baigorrita, determinó la retirada, de la IV División del Ejército hacia el norte del Neuquén, desde cuyo fuerte, en Chos-Malal, había iniciado su cam­paña el 12 de mayo de 1879.
La muerte de este cacique es uno de los relatos más trascendentes de los tiempos de la conquista, por su reflejo del amor por la libertad.
Tenemos la versión directa de uno de los actores de aquel suceso, el choiquero Diego Castillo, mendocino, muerto hace pocos años, a una avan­zada edad, en las inmediaciones de nuestra residencia. “_Sorprendido por la partida del sargento Avila, en la madrugada siguiente al día del encuentro, Baigorrita no quiso montar su caballo de batalla que uno de sus hermanos le alcanzara enfrenado. Quitóse el poncho pampa que vestía y esperó a pie firme, con su larga lanza en la mano y su puñal en la izquierda, la carga que le envió la partida del ejército. Perdidas sus tierras, su familia prisionera, muertos o dispersos sus lanceros, el último soberano ranquelino debió sentir lo irreparable de la tragedia de su destino y del de su raza. Y grande, aunque bárbaro, supo ser digno de su rango en aquel momento supremo de su vida. Hizo pie en el propio deslinde de aquella pampa en que sus mayores, y él a su vez, reinaron, cayendo con las armas en la mano. Si Baigorrita hubiera muerto en una carga al frente de sus hordas, allá en los campos natales, su fin no tuviera la grandeza trágica con que se nos presenta. Murió en la fuga, en el confín de la llanura que debió amar con toda su alma bárbara, después de la destrucción total de su poderío.”

“…Baigorrita, gravemente herido de bala y arma blanca, se negó a que lo condujeran al cantón de Paso de Indios. Lo cargaron en un caballo manso y él se arrojó a tierra y desgarró el vendaje de sus heridas. Resuelto a no sobrevivir a su derrota, pedía a gritos un arma para ultimarse. Fueron inútiles los esfuerzos del sargento Avila para, convencerlo de que se dejara llevar al campamento, donde se le curaría. Y hubo que matarlo, pues no eran momentos aquellos para que una partida suelta «anduviera esperando».”
La muerte de Baigorrita tuvo lugar en Añelo donde hoy las empresas se disputan las concesiones de la extracción petrolera. Y su lugar de origen es hoy una estancia utilizada como coto de caza. Sin embargo son muchos los artistas, pintores y músicos que una y otra vez traen sus palabras hasta nuestros días. Como las canta Saúl Huenchul:
pero se quedó además,
como un proverbio en los cerros:
_”Podré morir como un perro, pero de esclavo jamás”

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